Cuchara de palo para catar en pucheros de barro

#CucharasDePaloDelMundo

Esta cuchara de palo para la colección es un regalo, en mi último cumpleaños, del Restaurante y Tienda de Antigüedades «Las Tinajas de Guarromán». Una gentileza de su dueño, Rafa Olivan, que la encontró en un pueblo de la Mancha de Ciudad Real. Su forma nos hace pensar que se ha utilizado en otros tiempos para acceder al guiso que se cocinaba en un tradicional puchero de barro, ya fuera para catarlo e incluso para degustarlo directamente de él, de ahí su forma curvada para poder acceder cómodamente.

Era tradicional que en las casas de labriegos y en las ventas junto a los caminos, el puchero se dejara “cocer a su amor” durante horas junto a las ascuas hasta que llegaba la hora de ser comido, que era cuando se realizaba «la comida “fuerte” del día, una vez acabadas toda las faenas cotidianas de la jornada.

La procedencia de esta cuchara de palo y su relación con el puchero de barro, me hacen evocar paisajes cervantinos del Quijote, y pensar en alguna de las muchas ventas junto a los caminos que recorrió el Caballero de la Triste Figura en compañía de su fiel escudero Sancho Panza, en las que vivieron increíbles desventuras, y algunas que otras aventuras en las que, sobre todo Sancho, pudieron  solazar el hambre después de “desfacer” algún entuerto, defender el honor de alguna doncella, o romper el maleficio de algún mago o bruja empedernida.

(Colección de José María Suárez Gallego)

Tradicional puchero de barro, obra del genial alfarero de Úbeda Paco Tito, que también forma parte de esta colección, y su peculiar cuchara de palo para catar y comer el guiso.

Cuchara de palo de Copenhague (Dinamarca)

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Esta cuchara fue adquirida en diciembre del año 2015 en Copenhague, para esta colección de Cucharas Sin Fronteras.  por el actual Caballero Comendador Numerario de la Orden de la Cuchara de Palo, Manuel Morillas Sánchez (cuando aún ni pensaba en ser parte de esta institución). Manolo Morillas es en la actualidad el Comendador Numerario más joven de la Orden, tiene la misma edad que ella cumple este año.

Me contó que cuando la compró era una mañana muy fría, con nieve, como corresponde en ese tiempo a un país nórdico como Dinamarca. Se dirigía con unos amigos al Parque Tívoli, y en el camino se encontró con una señora mayor danesa que en el portal de su casa, junto a una calle nevada, vendía utensilios de cocina. Como pudo, por gestos, le preguntó si tenía cucharas de palo. Una sonrisa de ella, me contó Manolo, le dirigió su vista hasta esta cuchara de madera de olivo.

Es curioso que hubo que ir a buscar una cuchara de palo danesa a 2.800 km de Jaén, y resulta que ¡es de madera de olivo!

¡Muchas gracias, Comendador Morillas! No es ésta la única cuchara traída por ti que amplía y enriquece la colección. Tu espíritu viajero nos ha ido trayendo otras de otros paisajes, paisanajes y saborajes, de otros continentes, por los que has ido pasando.

(Colección de José María Suárez Gallego)

Cuchara de palo «catacaldos» de Guarromán (Jaén)

Cuchara “catacaldos” procedente del Restaurante y Casa de Antigüedades Las Tinajas, de Guarromán (Jaén)

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Esta curiosa cuchara “catacaldos” me la regaló para la colección el también Comendador Custodio de Nuestra Sede Matriz de Las Tinajas, en Guarromán, Rafa Oliván (a él no le gusta que le llamamos Rafael, ¡qué le vamos a hacer!), y formaba parte de su tienda de antigüedades.

Se ha utilizado, no sabemos desde cuándo, para probar el punto de sal, o de otros condimentos, en los caldos y que no se quemase la lengua el cocinero, o cocinera, en la cata de ellos.

El extremo más ancho se introducía en el caldo caliente, hirviendo casi siempre, y se dejaba que cayera a través de la hendidura en forma de canalillo para que se enfriara, hasta que llegara sin quemar al otro extremo, una cuchara más pequeña que era la que se llevaba a la boca el guisandero que probaba el punto de sal o de picante en su justa temperatura.

Bérard es una empresa francesa que las lleva fabricando desde 1892, junto a otros utensilios de madera, en Saint-Laurent-en-Royans, entre los Alpes franceses y la Costa azul. Su proceso de fabricación es respetuoso con los bosques y el medio ambiente, y cada pieza se fabrica de manera artesanal. No es de extrañar que la utilizara Auguste Escoffier (1846-1935), que fue el prestigioso cocinero, restaurador y escritor culinario francés, que popularizó y actualizó los métodos de la cocina francesa tradicional y que es considerado como el creador de la alta cocina moderna, y el gran transformador de este noble oficio en el primer tercio del siglo XX.

(Colección de José María Suárez Gallego)

Juego de cucharas de palo procedentes del Mercado de brujería y esoterismo de Sonora (D.F. México)

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El Mercado de Sonora es uno de los mercados públicos establecidos por el gobierno de la ciudad del Distrito Federal de México en la década de los 50 para organizar y regular este tipo de manifestaciones populares. Fue inaugurado el 23 de septiembre de 1957. Anteriormente fue llamado el “Mercado de los brujos o Mercado de los animales” siendo uno de los más emblemáticos y populares del Distrito Federal de México, conocido mundialmente por la venta de hierbas para prácticas de magia y esoterismo, y la venta de productos relacionados con la “Santa Muerte”, el Día de Difuntos, y San Judas Tadeo.

Allí se venden artículos de ocultismo para llevar a cabo practicas de magia (blanca o negra), tradiciones de la religión y magia de culturas prehispánicas, Santería, el culto a la Santa Muerte, chamanismo y varios otros que demuestran el sincretismo de las creencias y prácticas que existen en la capital de México. Se estima que cada fin de semana aproximadamente unas dos mil personas llegan específicamente a esta sección del mercado. Los artículos que se venden incluyen amuletos, herraduras, velas en una variedad de tamaños, formas y colores, con muchos de los colores teniendo funciones específicas, polvo de oro, sal negra, polvos de ingredientes desconocidos, “agua de San Ignacio” para alejar malos influjos, lociones y jabones aromáticos, muchos de los cuales se relacionan con hechizos de amor, y utensilios para poder llevarlos a cabo, como es el caso de estas cucharas de palo, de diferentes tamaños que me trajo desde allí el artista creativo, quesadeño, Manuel Albarrán, reputado diseñador mundial de piezas para vestuario e indumentarias realizadas en metal y cuero. Dejo un enlace a su web www.manuelalbarran.com  para dar a conocer su excelente trabajo. Estas cucharas se utilizan para medir cantidades, y mover las pócimas y brebajes cuando cuecen sus componentes de hierbas y otros ingredientes en él.

No han sido sólo estas cucharas de palo las que Manolo Albarrán me ha traído de medio mundo, enterado de mi colección de las mismas.

(Colección de José María Suárez Gallego)

Cuchara de palo de Kovalam – Kerala (La India)

Cuchara de palo de la India
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Una vez mi cuñada Carmen, preparando un viaje, me preguntó: ¿Qué quieres que te traiga de la India? Siendo tantas las cosas que conforman las entretelas de ese país de milenarias culturas sólo se me ocurrió decirle: ¡Tráeme una cuchara de palo de allí!
Los hindúes suelen comer utilizando la propia mano como cuchara, no usando tradicionalmente este utensilio occidental. Ésta en concreto la encontró en un anticuario de Kovalám, en Kerala, y posiblemente perteneció a alguna familia británica de la época colonial antes de la independencia de la India en 1947.
Sea como fuere es la primera cuchara de mi colección. Después, sin proponermelo, han ido llegado otras gracias a la gentileza de quienes en sus viajes se acuerdan de mí a través de este sencillo utensilio culinario.
Tras estas cucharas sin fronteras no hay más que la reivindicación latente del derecho a comer dignamente que tenemos todos los seres humanos.
¡Y en ello estamos!
Gracias a cuántos me habéis distinguido con vuestra amistad a través de vuestras cucharas. ¡Aquí están!

(Colección de José María Suárez Gallego)