“Es tan corto el amor y tan largo el olvido”. Pablo Neruda,
“Es tan corto el amor y tan largo el olvido”. Pablo Neruda,
Inevitablemente azul,
naces azul,
vives azul,
mueres azul en el centro de mi pecho, sin el corazón por última vez vivido, cuando a primeras horas de la tarde los ocres queman mis alas y la emoción se va.
Inevitablemente azul para soñar tu sonrisa llena de azules.
© José María Suárez Gallego
Hay días que llegan desnudos, tremolando en el aire su desnudez y el eco sin retorno de tu latido.
© José María Suárez Gallego
Mi voz fue una vez geranio en un murmullo de paredes encaladas que esperaban el alba en el jardín de Gorgoola.
© José María Suárez Gallego
El cine es ficción, pero como decía Orson Welles: “Es imposible hacer una buena película sin una cámara que sea como un ojo en el corazón de un poeta”.
La poesía nunca ha sido ficción porque duele, y a veces mucho. Gorgoola lo sabe.
© José María Suárez Gallego
Las chicharras chirrÍan en el silencio de la veleta inmóvil.
Silencio de siesta cuando se asciende al sopor de la tarde en caída libre por la rosa de los vientos.
¡Sólo tú dormida en mi desnudez eres Gorgoola!
Tiempo de siesta, sopor de chicharras y veletas sin viento en tus pestañas.
Veleros sin horizonte, ni brisas en tus besos dormidos.
¡Sólo tú eres siesta y silencio reprimido de la veleta navegante!
¡Sólo tú eres frontera y horizonte del eco sempiterno de mi siesta!
© José María Suárez Gallego
Y sabrás que soy yo porque ya no te estaré esperando. Me habré ido con el tren de tu última oportunidad.
© José María Suárez Gallego
Los poetas somos gente extraña que nunca llevamos la brújula en los bolsillos cuando nos prueban el pijama de ser felices, porque nuestros puntos cardinales siempre han sido las estrofas que acarician la rosa de los vientos con la brisa de un nombre que nunca duerme y viaja siempre al norte de nuestros sueños.
© José María Suárez Gallego
Los zapatos viejos siempre les sirven a los descalzos que no se calzan con la soberbia de sus errores.
Caminos nuevos con zapatos viejos, la emoción de estar comenzando siempre sin que nos acabemos en un final.
¡Es vivir juntos el mito del eterno retorno!
“Me abandonó
como se abandonan
los zapatos viejos.”
Joaquín Sabina. De la canción “19 días y 500 noches”
© José María Suárez Gallego
Me encontrarás en el rompeolas de tu vida
cuando hundidas todas tus naves sólo te quede el estigma del naufragio.