Los poetas somos gente extraña que nunca llevamos la brújula en los bolsillos cuando nos prueban el pijama de ser felices, porque nuestros puntos cardinales siempre han sido las estrofas que acarician la rosa de los vientos con la brisa de un nombre que nunca duerme y viaja siempre al norte de nuestros sueños.
© José María Suárez Gallego